Levantó la cabeza, el cielo estaba inflamado de rojo al amanecer. La fresca brisa, trajo a su olfato el olor profundo del salitre. Se estremeció, ya empezaba a hacer frío. Miró a su alrededor y vio a sus compañeras chapoteando en las salinas, teñidas por el sol de suaves anaranjados. No debía esperar más. Se desperezó, extendió las alas majestuosamente y emitiendo un penetrante graznido, emprendió el vuelo aumentando la velocidad y realizando un descenso en picado sobre las vías, para transformarse en un ave que migraba por tercera vez ese día, rumbo al sur.
Nota - relato finalista del concurso de relatos breves organizado por renfe.l
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